Ya hemos discutido los beneficios de practicar técnicas de atención plena o mindfulness en varios artículos. Los niños son más capaces que los adultos de concentrarse en lo que sienten ahora, por lo que es necesario animarlos a no perder esta importante habilidad. Los ejercicios de atención plena funcionan mejor para los niños durante unos 5 minutos.
¿Listo para jugar?
Ejercicios de respiración
Coloque al niño en una posición cómoda y pídale que cierre los ojos. Luego pregúntele cómo se siente, sosteniendo una mano sobre su vientre durante cinco inhalaciones y exhalaciones.
Anime al niño a imaginar que sus pensamientos y emociones están encerrados en burbujas de jabón llevadas por el viento por encima de todo, hasta que desaparecen en el horizonte. Repita el ejercicio 5 veces más y practíquelo especialmente cuando el niño esté agitado, nervioso, irritable o preocupado.
Nubes de pensamientos
Este ejercicio se deriva del de respirar, pero es un poco diferente. Pídale al niño que respire profundamente y exhale tres veces. Mientras inhala, dígale que se imagine cómo se forman los pensamientos en varias nubes sobre su cabeza, que se alejan con cada espiración. Las respiraciones deben ser lentas y profundas, y la atención debe centrarse exclusivamente en los pensamientos de ese momento.
La conexión cuerpo-mente
La postura corporal y los movimientos que hacemos tienen un fuerte efecto sobre cómo nos sentimos y cómo somos percibidos. Ciertas posiciones corporales incluso logran cambiar los procesos químicos del cuerpo.
En un espacio tranquilo donde se sienta seguro, anime al niño a intentar los siguientes movimientos, animándolo a pensar en lo que siente cuando los realiza.
- Superman. El niño debe pararse con las piernas separadas a la altura de las caderas. Con los puños cerrados, pídale que levante los brazos más arriba de su cabeza para que estire el cuerpo lo más posible. Este ejercicio refuerza la sensación de fuerza y orgullo o autoconfianza (ver la postura de los deportistas con alto mañana cuando cruzan la línea de meta).
- Mujer Maravilla. Anime al niño a pararse con la espalda recta, las piernas ligeramente separadas y las manos en las caderas. Luego dígale que mire hacia adelante con la cabeza derecha. Esta postura, como la anterior, le ofrecen al niño coraje y confianza en que puede superar cualquier momento difícil (es útil cuando el pequeño está ansioso por algo).
Puede agregar a este ejercicio la exploración de los sentidos. Pregúntele al niño qué oye, ve, huele, etc.
La mezcla de sabores
Otra forma maravillosa de practicar la atención plena es concentrarse en el sentido del olfato y los sentimientos o recuerdos que despiertan un cierto aroma. Prepare una bandeja de fuentes fragantes para el niño: velas perfumadas, flores, hierbas frescas, frutas, vainilla, canela, etc., luego pídale que las identifique (con los ojos vendados) y que cuente lo que sucede en su mente cuando percibe una cierto olor. Por ejemplo, la canela puede recordarle la Navidad, la lavanda puede llevarlo al campo cerca de la casa de sus abuelos o el limón puede evocar otro recuerdo agradable de un verano.
Aunque aparentemente simples, mundanos e infantiles, estos ejercicios conducen a la autoconciencia, que en última instancia conduce a un mejor autoconocimiento, un mejor autocontrol, la superación de los miedos y el nerviosismo y el establecimiento de relaciones más armoniosas con los de nuestro alrededor.