Comer conscientemente o comer en plena consciencia o ‘mindful eating’ es una práctica que quiere enseñarnos cómo disfrutar verdaderamente la comida. Se refiere no solo al sabor de los alimentos o sus propiedades nutricionales, sino también a la forma en que comemos nuestras comidas todos los días. En las últimas décadas, la práctica de comer ausentemente o ‘mindless eating’ en inglés se ha generalizado cada vez más. La apretada agenda de muchos de nosotros, el uso de la tecnología en todos los momentos cotidianos, a menudo ha hecho que muchos de nosotros comamos en piloto automático. Varios estudios muestran que este fenómeno está estrechamente relacionado con el aumento del nivel de obesidad, comer en exceso y ansiedad.
En este contexto, practicar la alimentación consciente puede contrarrestar estos peligros. Además, esta práctica también la pueden realizar los más pequeños. La alimentación consciente forma parte del contexto más amplio de la atención plena, es decir, centrar la atención de forma intencionada y lo más positiva posible en el estado interior, observando y experimentando plenamente las emociones, los sentimientos y los sentimientos del presente. Por extensión, la alimentación consciente nos impulsa a disfrutar verdaderamente de lo que comemos y a estar “presentes” mientras lo hacemos.
Ayudar a sus hijos a convertirse en comedores conscientes es un regalo que les servirá durante toda su vida. Cuando sus hijos tienen una relación sana con la comida, su peso se controla de forma natural. Adoptar esta práctica a una edad temprana puede ayudar a prevenir las batallas con el peso en la edad adulta. El objetivo principal de una práctica de alimentación consciente es enseñar a los niños a estar más presentes mientras comen; prestando atención a las texturas, sabores, aromas y colores. La alimentación consciente para los niños también significa que se sintonizan con su verdadero nivel de hambre en lugar de simplemente comer por comer. La verdad es que los seres humanos comen por varias razones: hambre física, hambre psicológica o debido a nuestro entorno. Enseñar a los niños a sincronizarse con sus cuerpos y comer cuando sienten hambre es una gran lección.
Aquí hay un par de consejos sobre cómo enseñar a los niños la alimentación consciente.